Una amplia investigación de los últimos cuarenta años muestra que los programas de Pre-K de alta calidad son una inversión sabia que reduce las brechas de logros educativos y ayuda a mejorar la salud y el bienestar de los niños de todos los grupos demográficos, en la escuela primaria y hasta la adultez. Invertir en el desarrollo social, emocional, y cognitivo de los niños de cuatro años proporcionando el entorno enriquecedor y nutritivo de un programa Pre-K de alta calidad genera un sin numero de beneficios para los niños, las familias y la comunidad.